lunes, 12 de octubre de 2015

EL MANIFIESTO DE LANVIN

Lanvin 2008

Hace unos días salió una entrevista a Alber Elbaz, director creativo de Lanvin en la revista -lectura obligatoria, Another Mag, a raíz de la última colección presentada en la semana de la moda en París. El resultado, considerado por el propio Elbaz, es un manifiesto como diseñador a la nueva era digital.
Como nunca, un diseñador de una casa de modas tan posicionada como Lanvin deja manifiestos o propuestas tan coherentes como estas. El tema en cuestión es el rol que el diseñador, el espectador, el aspirante, el estudiante, todos tomamos en esta era digital: En esta era digital, vivimos a través de nuestras pantallas, documentando el momento. Ya no miramos; filmamos. Ya no escuchamos; grabamos. Y ya no hablamos; enviamos mensajes.” 
Reflexiones que nos apuntan en la frente y que nos recuerdan cuál es el sentido detrás de cada esfuerzo, este, es el manifiesto de Lanvin.
La conversación que se dio además en el marco de su exhibición -anexa a la colección, profundiza en el proceso de creación del diseñador y cómo esta interactúa con la fotografía y el impacto de su resultado en el producto final, de cómo la idea de un diseño pasa a convertirse en un elemento más en la producción de moda, cómo pasó de convertirse el diseño en una pieza más para construir una idea final, un mensaje último que a su vez se deteriora con la tecnología.
¿Nos vestimos para nosotras o para salir bien en las fotos?, Elbaz da un punto clave en este manifiesto, el fenómeno de las redes sociales ha influido cada vez más en el impacto de la imagen. ¿La fotografía ha remplazado al espejo?, ¿Se ha perdido el sentido de todo el proceso artístico con las nuevas tecnologías y lo instantáneo como objeto principal?

Lanvin 2008

"En el diseño, (lo perfecto) comienza cuando cometes errores, cuando tienes suerte, y no tienes lo que necesitas tener, y debes encontrar soluciones. Me gusta la idea de crear algo de la nada" . Que el sentido de la belleza está en las crisis, en el riesgo, en el quiebre que está oculto, ese desorden que termina perfeccionando todo. Como diría Diana Vreeland (ese fenómeno editorial que existió antes de Anna Wintour), la necesidad de buscar la belleza en lo raro, que lo imperfecto termina siendo lo extraordinario, y la belleza como lo comúnmente aceptado es lo ordinario, lo que se opaca, lo que resalta siempre es la imperfección.





Frente a la importancia de mantener los sueños vivos y dejarlos como motor continuo para nuestra sobrevivencia, Elbaz nos cuestiona el rol que la tecnología ha tenido en nuestra generación. La democratización del conocimiento y de la información ha hecho que los millennials seamos la generación que más cosas ha tenido al alcance, con solo un click podemos transportarnos al otro lado del mundo, encontrar en menos de un minuto lo más preciso y recóndito, lo sabemos todo (a nuestro pesar) gracias a internet y a este mundo cada vez más conectado y pequeño. 

Para el creador de este manifiesto, sin embargo, es importante mantener los sueños vivos y guardados para cada uno, porque estos son los que te harán seguir adelante. 

Podemos conocer todo el mundo, pero si no tenemos el poder de soñar qué sentido hay en todo lo demás, qué tan lejos llegaras sin un motor que te impulse hacia donde sea que quieras. 


"Cuando entrevisto gente que se ha graduado de las mejores escuelas del mundo y que han vivido en las ciudades más urbanas... han visto todo, lo conocen todo. Entonces, podría entrevistar a alguien que no ha venido desde el lugar más acomodado, pero que tiene un sueño. Ese es el impulso. El sueño, el impulso y el deseo son parte de la moda también."

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